Se considera como pobre por NBI si no tiene una vivienda con materiales adecuados, si su vivienda tiene servicios públicos de acueducto y alcantarillado inadecuados, si tiene un nivel de hacinamiento considerado como crítico, si el grado de dependencia económica es alto o cuando uno de sus niños entre 7 y 11 años no asiste a un establecimiento escolar.
Indice de Condiciones de Vida ICV
El ICV combina en una sola medida las variables de potencial de acceso a los bienes físicos: características físicas de la vivienda y las posibilidades de acceso a los servicios públicos domiciliarios; variables que miden el capital humano presente y potencial: educación del jefe y de los mayores de 12 años; las posibilidades de acceso de niños y jóvenes a los servicios escolares; y, la composición del hogar.
La segregación socio-espacial y el desarrollo social
Fundamentalmente la segregación espacial o residencial, se ha asociado con la disímil distribución geoespacial de poblaciones con condiciones sociales similares, no solo asociadas a características socioeconómicas, sino también, etareas, étnicas, religiosas o de origen migratorio entre otras. En América Latina la atención ha estado centrada en la segregación socioeconómica del espacio urbano, ya que la estructura social de los países Latinoamericanos tiene como característica más sobresaliente, las enormes desigualdades ligadas al ingreso y a la diferenciación de clases (Sabatini y Cáceres, 2005). Para Sabatini (2003:11) “la segregación residencial [o espacial] corresponde a la aglomeración en el espacio de familias de una misma condición social, más allá de cómo definamos las diferencias sociales”; para Levy y Brun (2002:147) “la segregación residencial remite a formas de desigual distribución de grupos de población en el territorio”.